imaginarios
Lo arácnido
POR Fernand Deligny

Generadas a partir de su trabajo con comunidades de niños autistas en los años cincuenta, las cartografías del poeta y etologista Fernand Deligny mapean las “líneas de errancia” de sus miembros, en un ejercicio libre, no-discursivo. Lo que Deligny denomina “lo arácnido”. LUCA teje nuevas redes a este ejercicio de la mano de Anthony Braxton, Cy Twombly y el supercúmulo de galaxias Laniakea.  

© Archivo de Fernand Deligny / Éditions l'arachnéen
Notación de "Falling River Music" (367c), 2004, de Anthony Braxton

Arácnido, la palabra me encanta y qué lástima que, sobre el planisferio, uno no encuentre las islas Arácnidas, ni islas, ni cadenas montañosas. Aparte de las arañas, nada arácnido; tal vez algunas veces, y por alusión furtiva, un bordado o un detalle de arquitectura, aunque es evidente que debería existir una lengua arácnida, y si no una civilización, al menos un pueblo [...] No es ese el camino que he elegido, preocupado sin duda por esclarecer ese modo en red. Se tratará entonces no de una tribu legendaria, como los Cíclopes, sino de una estructura
 

© Archivo de Fernand Deligny / Éditions l'arachnéen

Las redes llueven a cántaros, y parece que esta proliferación de redes llega a su colmo en los momentos en que los acontecimientos históricos son intolerables. 
 

(Sin título), 1970, de Cy Twombly
© Archivo de Fernand Deligny / Éditions l'arachnéen
© Archivo de Fernand Deligny / Éditions l'arachnéen

La red no es una solución, sino un fenómeno constante, una necesidad vital [...] Lo arácnido no es un tener sino un hallazgo incesante, un descubrimiento salpicado por sorpresas, siendo estas sorpresas extrañas coincidencias que sólo pueden tener lugar si el querer permanece encerrado en lo que puede hacer y en lo que le atañe.

© Archivo de Fernand Deligny / Éditions l'arachnéen
Supercúmulo de Laniakea

La especie humana es la heredera de todas las especies más allá de las especies animales o vegetales, de las nubes que emanan de los espacios interestelares que han contribuido en cierta medida a hacer de los océanos la fuente de lo que llamamos vida. En el ser humano apareció este acento un tanto marcado de la conciencia de ser, lo cual no resuelve en nada el revoltijo totalmente disparatado de esta herencia que nos incumbe [...] Por lo que me concierne y respecto a remontar el curso de la creación, yo me detengo en la araña, mientras que muchos no van mucho más allá de su abuelo.