Una tarde, se metió un colibrí a mi casa. Abrí todas las ventanas esperando a que saliera por sí mismo, pero no sucedió: el colibrí estuvo revoloteando por aproximadamente quince minutos y golpeándose por las paredes con perturbadora intensidad. Grabé algunos videos para que una amiga bióloga me dijera cómo sacar al ave sin lastimarla, pero el método consistía en aprisionarlo con una sábana ligera para después liberarlo, y mi miedo y mi falta de tino lo impidieron. Esto se volvió muy angustiante para mí, sin embargo no dejé de grabar video. Al llegar, mi esposa logró la hazaña con una mascada de tela delicada. 

Después de varios meses, me encontré con los videos de aquel encuentro y decidí reunirlos junto con Jetro Centeno. Utilicé tres sintetizadores (ARP-2600/PolyBrute/Moog Sub Phatty) creando una superposición en capas microtonales que atraviesan los batimientos como aleteos y los golpes contra las paredes como intensidades y distorsiones de voltaje, mediante un amplificador de bulbos: un retrato sonoro del ave y el espacio.